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1. DEMÓCRITO
2. DALTON
3. THOMSON
4. RUTHERFORD

El átomo tiene una zona central o núcleo donde se encuentra la carga total positiva (la de los protones) y la mayor parte de la masa del átomo.

El átomo presenta una zona externa o corteza donde se hallan los electrones, que giran alrededor del núcleo.

Los átomos no pueden verse porque son muy pequeños.

En las reacciones químicas los átomos se intercambian; pero, ninguno de ellos desaparece ni se transforma.

Los átomos de un mismo elemento químico son todos iguales entre sí y diferentes a los átomos de los demás elementos.

Los filósofos de la antigua Grecia discutieron bastante sobre el tema del átomo. El problema es que estos filósofos no utilizaban ni la medición ni la experimentación para llegar a conclusiones.

Si dividíamos la materia en partes cada vez más pequeñas, acabaríamos encontrando una porción que no se podría seguir dividiendo, esa porción la llamaron átomo, término que en griego significa “que no se puede dividir”.

Este modelo explicaba que si un átomo pierde uno o más electrones adquiere carga neta positiva (catión) y si gana uno o más electrones adquiere carga neta negativa (anión).

Imaginó el átomo como una especie de esfera positiva continua en la que se encuentran incrustados los electrones, más o menos como las uvas pasas en un pudin.

La carga positiva de los protones es compensada con la carga negativa de los electrones, que se hallan fuera del núcleo. El núcleo contiene, por tanto, protones en un número igual al de electrones de la corteza.

Los compuestos se forman al unirse los átomos de dos o más elementos en proporciones constantes y sencillas.

Este modelo explicaba la electrización: el exceso o defecto de electrones que tenga un cuerpo es el responsable de su carga negativa o positiva.