Son los responsables directos de su seguridad, cuidado y protección.
Genera un beneficio a nivel corporal, psicológico y social.
Agiliza los procesos del pensamiento y permite el establecimiento de relaciones sociales.
Requiere la posesión de una determinada cantidad de tiempo libre.
Garantizar la mayor movilidad, seguridad y comodidad al anciano/a.
Que la vivienda se adecue a las necesidades de la persona mayor y no al revés.
Realizar un estudio de la casa y sus habitaciones.
Ha de tener expectativas positivas sobre la persona mayor.
Aumenta la calidad de vida de cara a conseguir un estado de bienestar físico, mental y social.
Retrasa los procesos fisiológicos del envejecimiento, produce relajación psíquica, distensión, euforia y confianza en la persona.
Debe motivarle a que realice actividades.
Existen programas de prevención primaria, sobre el consumo de alimentos, dieta sana y equilibrada y sobre la importancia de la higiene y el control sanitario.
Las fundamentales son la alimentación, la higiene y el cuidado y control sanitario.
Tiene tres objetivos: descanso, disfrute y aprendizaje.
Requiere una toma de conciencia.
En muchas ocasiones sustituye en comportamientos lo que puede hacer el anciano/a por sí mismo.
Ha de ser adecuada a la capacidad funcional de la persona mayor.