Únicamente se escriben tres puntos. Sirven para dejar la frase u oración inacabadas.
Equivalen a un etcétera (etc.).
Se utilizan para enmarcar expresiones inventadas, vulgarismos, extranjerismos, etc.
Se utilizan para destacar palabras dentro de un texto o enunciado, por ser estas palabras de especial importancia que aparecen por primera vez en un texto, términos extranjeros, etc.
Se utilizan para reproducir palabras o pensamientos dentro de un texto o enunciado de forma literal.
En la lengua escrita, se utilizan para expresar ejemplos, comentarios o la consecuencia de lo expresado anteriormente.
Se sitúan delante de las citas textuales; esto es, cuando se reproducen fielmente palabras de un locutor.
Se emplean al comienzo de una enumeración.
Las comillas (« »), (“ ”) y (‘ ’). Ejemplo: Ya sabes, ella hablaba y hablaba y, finalmente, acabé pensando: "¿De verdad quiere que le dé consejo o solo necesita desahogarse?"
Los dos puntos (:). Ejemplo: Siempre pensé que su actitud y su forma de enfrentarse a los reveses de la vida le acarrearían problemas con su círculo de amistades: míralo ahora, ha perdido a sus amigos y, por orgullo, no creo que los vuelva a recuperar.
Los dos puntos (:). Ejemplo: Siempre lo decía mi abuela: "Dime con quién andas y te diré quién eres, hija mía".
Las comillas (« »), (“ ”) y (‘ ’). Ejemplo: Ahora están todos los jóvenes con eso del "guasa" y subiendo "estoris" al dichoso "instagrán".
Los dos puntos (:). En el mercado de productos biológicos encontré de todo: calabazas, zanahorias, cebollas, queso de cabra de los Montes de Málaga, etc.
Los puntos suspensivos (...). Ayer compré manzanas, patatas, puerros, calabaza...
Los puntos suspensivos (...) Ejemplo: "Ayer me levanté temprano pero no pude desayunar tranquilamente porque, de repente, escuché un ruido que venía de..."
Las comillas (« »), (“ ”) y (‘ ’). Las nuevas tendencias pedagógicas apuestan por la "gamificación" o "ludificación" del aprendizaje.