"Vieja, apúrate con la comida", gritaba el señor De La Cerda todas las tardes, cuando llegaba de su muy importante trabajo.
"¿Cuándo regresará mamá?", gimotearon los niños después de otra horrorosa comida.
"P-O-R-F-A-V-O-R regresa", gimieron todos.
¡Apúrate con el desayuno mamá!
La señora De La Cerda se quedó. Desde entonces, el señor De La Cerda lava los platos...
Todos ayudan a cocinar... Y hasta se divierten.
Pasaba la aspiradora por las alfombras...
El señor De La Cerda lo abrió. Adentro había una hoja de papel.
Y a veces compone el coche...
Y en ese preciso momento entró la señora De La Cerda.
