Es fruto de la experiencia y lleva consigo el sentido de la agudeza y de la perspicacia
"Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas" Ezequiel 36, 26-27
Se le considera testigo del valor moral de los actos humanos, como una atinada metáfora para indicar la misma Ley interiorizada por el hombre y como la fuente de la vida moral
Es objeto de las promesas proféticas para un futuro renovado. La restauración de la vida moral se hará, en efecto, a través de una renovación de sí mismo.
"Mantendré que he actuado bien, pues mi conciencia no se avergüenzo de mi pasado" Job 27, 6
"Un hombre inteligente domina su enojo; al no hacerle caso a la ofensa se agranda". Proverbios 19, 11
