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Es uno de los modelos educativos más utilizados dentro de las instituciones educativas. Aquí, la relación maestro – alumno es más dinámica. El profesor evalúa constantemente el progreso del aprendizaje para modificar las estrategias de enseñanza conforme las necesidades de los alumnos. Mientras que los alumnos construyen de manera gradual sus propios conocimientos. A través de este modelo se desarrollan principalmente las habilidades cognitivas, se asegura el aprendizaje significativo, se adapta a las necesidades de los alumnos y promueve la autonomía.
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A diferencia de los modelos anteriores, no busca la acumulación de conocimientos, sino contribuir al desarrollo intelectual (progresivo y secuencial) a través de la mediación del profesor. La metodología de enseñanza es variada y centrada en el proceso de aprendizaje, teniendo como objetivo el desarrollo de habilidades partiendo de los conocimientos previos de los estudiantes.
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En este modelo, el alumno no forma parte activa del proceso de enseñanza, el maestro se encarga de trasmitir todos los conocimientos a los alumnos, y ellos, a su vez, a memorizar los datos e información proporcionada. Este modelo permite la sociabilización, cooperación y trabajo en equipo entre los alumnos, se tiene una mejor evaluación del avance cognitivo de los niños.
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Este modelo se basa en la repetición de la información, además del condicionamiento de recompensas por parte del maestro. La transmisión y acumulación de conocimientos es parte fundamental de este modelo educativo. Por lo que se puede resumir en la siguiente dinámica: entrenamiento, repetición, exposición y práctica guiada por el profesor.
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También llamado modelo experiencial – romántico, los alumnos tienen un papel activo dentro del proceso de aprendizaje, mientras que los maestros son auxiliares del mismo. En este modelo educativo, se concibe el proceso de aprendizaje como algo natural y espontáneo que se basa en los intereses y necesidades de cada alumno.
