Yo soy una dignidad y siempre suelo ser dos, y soy cuatro y veinte y ciento, pero tres y cinco no.
Tengo forma de serpiente pero no la que más miente.
Tengo forma de patito arqueado y redondito.
Conteste, don Serafín, en prosa, en verso, o en ripio, qué cosa tiene principio, pero no tiene fin.