El radiofármaco ideal será aquel presente una dosis absorbida alta en el órgano diana cuando se requiera conseguir un efecto terapéutico y una dosis efectiva baja tanto en su aplicación tanto en su aplicación terapéutica como diagnostica.
Para cualquier estudio diagnostico o tratamiento terapéutico, el radiofármaco debe localizarse en el órgano deseado, debiendo ser la captación en los tejidos circundantes lo más baja posible.
El radiofármaco no debe de ser metabolizado in vivo antes de localización en el órgano diana.
Obtenerse con facilidad, económico y poder estar disponible en cualquier servicio de medicina nuclear radiofármacos de semiperiodo de desintegración muy corto.
Emisión radiactiva que emite un rayo gamma cuya energía este comprendida entre 30 y 300 Kev.
No superior al tiempo requerido para efectuar el estudio, evitando así una irradiación del paciente de la estrictamente necesaria.
Vida media efectiva corta.
Dosimetría
Fácilmente disponible.
Emisión radiactiva adecuada.
Inercia metabólica
Selectividad elevada por el órgano diana.
