1
Fruto de la experiencia con la ignacianidad y dejarse interperlar por este carisma en la vida.
2
Nace del encuentro personal con Jesús, lleva a invitar a otros al diálogo, a anunciar los valores evangélicos.
3
Fruto de las experiencias vividas cotidianamente.
4
Apertura hacia la comprensión de situaciones vitales.
5
Disposición que es fruto de la Gracia, de la experiencia personal de sentirse escuchado.