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La Palabra de Dios no ordena a los creyentes específicamente a pasar tiempo en ayuno y oración. Al mismo tiempo, el ayuno y oración es definitivamente algo que debemos hacer. Muy a menudo, sin embargo, el enfoque del ayuno y la oración se centra en abstenerse de alimentos. Sin embargo, el propósito del ayuno cristiano debe ser quitar nuestra vista de las cosas de este mundo y enfocar nuestros pensamientos en Dios. El ayuno debe ser limitado a un tiempo predispuesto, ya que no comer por periodos extendidos de tiempo puede ser perjudicial al cuerpo. El ayuno no es un método para castigar nuestro cuerpo y tampoco debe usarse como un método dietético. No ayunamos y oramos para perder peso sino para lograr una relación más profunda con Dios.