Y cinco de ellas eran prudentes.
Se compadeció de él.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Se fue lejos a una provincia apartada.
Yo aquí perezco de hambre
¡Señor, Señor, ábrenos!
Una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron.
Los que tienen oídos, oigan.
Cayó en manos de unos ladrones.
No entra por la puerta en el redil.
Cayó entre espinos.
El que por mí entrare, será salvo.
Su vida da por las ovejas.
No tomaron consigo aceite.
