Miembros de la administración civil y eclesiástica, encomenderos, obrajeros y comerciantes.
Se dedicaban a ciertas labores agrícolas, al mediano comercio y la artesanía.
Controlaban la Audiencia, las cabildos, los centros de producción económica y el comercio.
Se vendían como mercancías y los propietarios los heredaban de padres a hijos.
No podían reclamar ningún derecho. Estaban dedicados fundamentalmente al trabajo agrícola en los lugares en que el clima era muy caluroso.
Lograron el reconocimiento de ciertos “privilegios” y de su identidad propia.