Arroyo
Ignacio
Desierto
Padre de Ignacio
Tranquilino
Madre de Ignacio
Tonaya
—Tengo mucha sed y mucho sueño.
¡No me mates Ignacio!
Cuando crezca, mi hijo va a ser el sostén de esta familia.
Y estoy seguro de que, en cuanto se sienta usted bien, volverá a sus malos pasos. Eso ya no me importa. Con tal que se vaya lejos, donde yo no vuelva a saber de usted.
Montañas