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Los TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la persona; no obstante, los síntomas pueden mejorar con el tiempo.

Las personas con TEA que hablan pueden usar el lenguaje de maneras poco habituales. Es posible que no puedan poner palabras en oraciones reales.

Algunos niños no desarrollarán un lenguaje hablado a lo largo de su vida. Otros comenzarán a hablar pero, posteriormente, perderán su lenguaje.

Los niños se desarrollan a su propio ritmo, de modo que puede ser difícil predecir exactamente cuándo aprenderán una destreza en particular.

Estas personas tienen dificultades para entender las convenciones y las normas sociales. Tampoco les resulta fácil comprender las intenciones de los demás, desarrollar juegos y hacer amigos.

Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo provocada por diferencias en el cerebro. Los científicos desconocen exactamente qué provoca estas diferencias en la mayoría de las personas con TEA.

Las personas con TEA presentan intereses especiales, que no son frecuentes en otras personas de su edad (fascinación por partes de objetos, piezas giratorias, letras o logotipos, etc.), aunque lo más característico es que no comparten sus intereses con los demás.

Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales, emocionales y de comunicación.

Es posible que repitan determinados comportamientos o que no quieran cambios en sus actividades diarias.

Algunos niños con TEA muestran indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida.

Pero existen indicadores del desarrollo específicos para cada edad que se utilizan para medir el progreso social y emocional de un niño durante los primeros años de vida. Para obtener más información más sobre los indicadores del desarrollo, visite “Aprenda los signos. Reaccione pronto."

Los que sí desarrollan el lenguaje, lo harán con ciertas características peculiares. Lo más característico es el que el lenguaje no es utilizado para compartir experiencias y vivencias.

Sin embargo, algunas tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Existen muchas causas para los TEA, si bien aún la mayoría son desconocidas.

En consecuencia, el mundo social no les resulta fácil y con frecuencia se aíslan. Las limitaciones sociales son especialmente importantes en la infancia y suelen atenuarse poco a poco a lo largo de la vida.

Algunas personas con TEA dicen solo una palabra por vez. Otras personas repiten las mismas palabras o frases una y otra vez. Algunos niños repiten lo que dicen los demás, una afección que se denomina ecolalia. Pueden repetir las palabras inmediatamente después de que las escucharon o después.

El juego tiende a ser repetitivo y poco imaginativo (hacer hileras, agrupamientos, fascinación por contar y repetir, etc.). También pueden aparecer movimientos corporales estereotipados (aleteos, giros sobre uno mismo, balanceo, etc.).