1
En Hechos 2, se logra el objetivo siendo muy eficientes: ese día se añadieron tres mil a la iglesia. Aprovecharon una fiesta donde ya la gente estaba reunida; no tuvieron que hacer nada más, y luego, impactaron. El Espíritu Santo seleccionó el lugar y el momento adecuado.
3
Hechos 2:43 “…muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles”. El Misionero Sigma hace maravillas y señales, es decir, acompaña su testimonio y la exhortación con milagros que ganan y tocan corazones.
4
El Misionero Sigma recibe un Monte de parte de Dios, y va a esa ciudad donde hoy convergen por los más diversos motivos personas de muchas regiones del mundo.
6
En Hechos 2:17 Pedro hace eco del profeta Joel para establecer: “Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños”.
7
Los apóstoles se encontraban “todos unánimes juntos”. ¿Cuántos estaban? Todos: no faltaba ninguno de ellos. ¿Cómo estaban? Juntos: obraban al mismo tiempo, unidos y cercanos. ¿Cuál era la cualidad de ese grupo? guiados por el Espíritu Santo, ya que sólo él puede guiarle a un mismo sentir.
9
El Misionero Sigma tiene la responsabilidad, el desafío, de hacerse entender; si no se hace entender, no cumplirá con la gran comisión, no podrá llegar hasta lo último de la tierra, o en los términos de Hechos 2, no lograra añadir.
11
El Espíritu Santo nos permite tener el equilibrio ideal entre sueños y visiones. Sin importar nuestra edad debemos ser visionarios –tener visión de la eternidad– y soñadores.
13
El Misionero Sigma tiene como característica de su perfil, el tener favor con todos; en otras palabras, sirve a todos. No es posible alabar a Dios sin comprender que nuestro llamado es a servir. Hechos 2:47.
