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La imprenta

Durante los siglos XV y XVI

Se sostiene que, al entrar en la etapa moderna...

Recuperación de la Antigüedad clásica

Erasmo de Róterdam

Diferenciación de la fe religiosa y el saber

Año 1453

Tras la caída de Constantinopla

El Imperio otomano

Antropocentrismo

El conocimiento se basó en un método científico (estudio, investigación, análisis crítico) y no en creencias dogmáticas.

Los filósofos y artistas bizantinos migraron a las regiones más dinámicas y prósperas del continente europeo (Italia y Flandes) y se insertaron en los sectores académicos, desde donde se propagó a casi toda Europa una corriente de renovación intelectual: el Humanismo

El individuo era considerado el centro del universo y la máxima expresión de la naturaleza.

La edición de numerosas copias de un libro permitió una mayor difusión de sus ideas.

Muchos exiliados bizantinos llegaron a Italia y contribuyeron a la expansión de la cultura clásica; cultura que estaba siendo redescubierta por los intelectuales de la época y que fue la fuente de inspiración del humanismo, el desarrollo de las ciencias, el Renacimiento artístico y un nuevo pensamiento político y económico.

El hombre adquiere confianza en sí mismo y en su pensamiento, en la naturaleza sensible fuera y dentro de él; encuentra interés y alegría en hacer descubrimientos en el campo de la naturaleza y en el de las artes. La inteligencia despierta para lo temporal; el hombre cobra conciencia de su voluntad y de su capacidad, mira con alegría a la tierra, a su suelo, a sus ocupaciones, viendo en ello algo justo e inteligente.

Los turcos otomanos conquistaron Constantinopla, capital del Imperio romano de Oriente y portador de la herencia cultural de las antiguas Grecia y Roma, olvidada por Occidente durante la Edad Media.

El humanista más ilustre de la Europa renacentista. Autor de numerosas obras, reflexionó sobre cuestiones como la educación y la religión. Gran viajero (conoció Francia, Italia, Inglaterra y Suiza), mantuvo contactos con numerosos intelectuales europeos, como Tomás Moro y Aldo Manucio.

Se extendió por oriente, mientras que en Europa se empezaron a formar Estados grandes y poderosos, gobernados por monarcas.

Proliferaron tanto los estudios sobre los autores grecolatinos como las excavaciones y el coleccionismo de obras clásicas. En esta época nació la figura del coleccionista, que elige y recolecta obras, las organiza y clasifica según su criterio, y las conserva.