Sócrates implementa esta metodología inductiva, aludida por la mayoría de los autores como la semilla del coaching. Se basa en una experiencia dialógica en la que una persona a través de hábiles preguntas estimula a sus discípulos facilitando la iluminación de la mente, propiciando la reflexión para generar nuevas ideas, conceptos y argumentos que les permita solucionar situaciones en su máximo potencial.