1
Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.
2
Es la perseverancia. Nos ayudan a mantenernos fieles al Señor a largo plazo.
3
el alma sigue en la misma postura, sin perder nunca su tranquilidad.
4
Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad.
5
Significa actuar con dulzura, es decir, tratar a los demás con gusto, cordialmente y con alegría.
6
modera los excesos de la tristeza.
7
aceptamos, por la autoridad de Dios que revela, verdades que están más allá de la razón humana.
8
Fuerza para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida.
9
Capacidad de juzgar según la medida de Dios, así el alma adquiere familiaridad.
10
Hace que frenemos las pasiones bajas. Conduce a evitar toda clase de exceso. Ayuda a la moderación en el comer y en el beber.
11
es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón.
12
inclina a la persona a evitar no solo lo que es ofensivo a otros sino también lo que no es necesario.
13
Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador viendo las cosas como manifestaciones verdaderas y reales.
14
Por medio de ésta virtud amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
15
Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es lícito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.
16
Son perfecciones que forman en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna.
17
Es la inclinación que lleva a ocuparse de los demás y a que participen de lo que uno tiene.
18
Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios.
19
Es aquella profunda alegría espiritual que el Espíritu Santo infunde en los corazones de quienes son poseídos por Dios.
20
Es la tranquilidad en el orden. Mantiene al alma en alegría.
