La motricidad comprende los procesos neurocibernéticos, así como los contenidos de conciencia y los factores subjetivos del ser humano, no visibles desde el exterior, pero cuya presencia es imprescindible para que el movimiento sea posible. Por su parte, el movimiento es sólo el aspecto visible de esa totalidad de procesos, su resultante multidimensional. Es a través de ambos, que el sujeto intenta adaptarse al medio resolviendo las situaciones que se le presentan por ejemplo al jugador de tenis.