1
Nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.
2
Nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.
3
El Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.
4
Concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
5
Nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.
6
Nos ayuda a decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
7
El corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.