1
Es el estilo propio salesiano de vivir las relaciones interpersonales, buscando el bien del otro, incluyendo a todos. Se caracteriza por: la amistad, la amabilidad, la cercanía, la confianza y corresponsabilidad.
2
Es capacidad de asumir las consecuencias de los propios actos y decisiones. Es realizar con creatividad las actividades que se nos confían a tiempo y lugar con amor y alegría.
3
Es cuidar, respetar y defender la vida en todas sus manifestaciones, porque la vida es regalo de Dios.
4
Es actitud de servicio y de compromiso, de ayuda y colaboración ante las necesidades de los demás, especialmente los más pobres.
5
Es participar activa y corresponsablemente en la búsqueda del Bien Común; respetando y valorando las diferencias, ejerciendo derechos y deberes. Es compromiso en la construcción de la cultura de la vida, la justicia y la paz.
6
Es buscar y amar la verdad para llevarla a la vida con valentía y responsabilidad. Actuar con rectitud y transparencia.
7
Es virtud porque ahonda sus raíces en la fe, actitud típicamente cristiana y salesiana, porque la persona se siente gratuitamente amada y elegida por Dios, por tanto se da gratuitamente a los demás.
8
Es expresión de la esperanza, signo de un corazón que ama a Dios y se siente amado por Él. Es el rostro de nuestra santidad.
9
Es reconocer la dignidad de cada ser humano creado a imagen y semejanza de Dios y tratar a todas las personas y a mí mismo, de acuerdo a esta convicción.
10
Es un don de Dios y tarea del creyente, que nos compromete a vivir las relaciones interpersonales en armonía, a desarrollar la capacidad de diálogo, perdón y reconciliación; de resolver los conflictos en forma positiva.
11
Aceptar a Dios en nuestras vidas, confiar en Él y vivir en su amistad. Dejar que acompañe cada uno de nuestros pasos. María Auxiliadora, es Madre y Maestra en este camino.
