El Señor Otoño llegó de mañana, con un gran sombrero y un poncho de lana
Fuerte el soplido del viento pampero con toda su fuerza le voló el sombrero
- Dame mi sombrero rama presumida, tengo mucho frío, arriesgo mi vida, pues soy muy anciano y vengo cansado para andar corriendo tan desabrigado.
Y una rama alta lo atajó primero
Y dijo asombrado - Ese es mi sombrero me lo ha quitado el viento pampero
La rama coqueta sonriente y florida lucía el sombrero muy muy divertida
Y la rama que hacía mucho tiempo que lo estaba esperando le dijo: -¿Quieres el sombrero?, devuelve mis hojas que todos los años de ellas me despojas.
Vuela que te vuela, vuela muy ligero