Memory Game Cuesta abajo Letra: Alfredo Le Pera Música: Carlos GardelOnline version Memoria reciente by Roberto Oscar Curia Era, para mí, la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasión. Sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón. Era, para mí, la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasión. Sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón. Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer; si fui flojo, si fui ciego, sólo quiero que hoy comprendan el valor que representa el coraje de querer. Por seguir tras de su huella yo bebí incansablemente en mi copa de dolor, pero nadie comprendía que, si todo yo lo daba en cada vuelta dejaba pedazos de corazón. Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Bajo el ala del sombrero cuantas veces, embozada, una lágrima asomada yo no pude contener... Ahora, triste, en la pendiente, solitario y ya vencido yo me quiero confesar: si aquella boca mentía el amor que me ofrecía, por aquellos ojos brujos yo habría dado siempre más. Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas yo no las puedo arrancar. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá. Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer; si fui flojo, si fui ciego, sólo quiero que hoy comprendan el valor que representa el coraje de querer. Ahora, triste, en la pendiente, solitario y ya vencido yo me quiero confesar: si aquella boca mentía el amor que me ofrecía, por aquellos ojos brujos yo habría dado siempre más. Por seguir tras de su huella yo bebí incansablemente en mi copa de dolor, pero nadie comprendía que, si todo yo lo daba en cada vuelta dejaba pedazos de corazón. Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas yo no las puedo arrancar. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá. Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Bajo el ala del sombrero cuantas veces, embozada, una lágrima asomada yo no pude contener...