Travesía Histórica PrehispánicaOnline version
En este juego interactivo, serás un explorador intrépido que tiene la misión de identificar y ubicar en un mapa las 12 culturas prehispánicas de toda américa latina. A medida que avanzas, te adentrarás en un viaje fascinante por el pasado, conociendo sus costumbres, tradiciones y legados.
1
Olmecas
2
Teotihuacan
3
Aztecas
4
Mayas
5
Tiahuanaco
6
Incas
7
Mapuches
8
Tayronas
9
Muiscas
10
Quimbayas
11
Achagua
12
Sálibas
Explicación
1
La civilización olmeca, una de las más antiguas de Mesoamérica, se destacó por sus principales centros urbanos y ceremoniales en San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, donde una élite sacerdotal gobernaba. La mayoría de la población se dedicaba al cultivo de maíz, frijol y calabaza, así como a la pesca y la caza de venados.
Construyeron pirámides y montículos de arcilla junto con amplias plazas donde rendían culto a sus dioses, entre los que se destacan Tláloc, dios de la lluvia; Xipe, dios de la primavera; la Serpiente de Fuego, que llevaba al sol por el cielo; y Quetzalcóatl, dios de la vida y la sabiduría.
Los olmecas fueron posiblemente los primeros en utilizar la escultura en Mesoamérica, siendo expertos talladores de jade. Dejaron monumentos monolíticos como altares y estelas decoradas en bajorrelieve. Uno de sus legados más conocidos son las Cabezas colosales olmecas, ejemplos monumentales de su escultura, que se cree representan a guerreros o jefes.
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El grupo que habitaba en Teotihuacán, conocida como la “ciudad de los dioses”, se destacó como el principal centro religioso de Mesoamérica. La ciudad estaba atravesada por un camino conocido como la ciudad de los Muertos y contaba con importantes construcciones como la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna y el Templo de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada y dios de la naturaleza.
Teotihuacán también contaba con un acueducto, numerosos mercados y plazas donde los habitantes intercambiaban productos de diferentes regiones. La ciudad era gobernada por una élite sacerdotal y una pequeña nobleza, que habitaban en palacios junto al centro ceremonial. Entre sus funciones estaba la dirección del ejército y del comercio con lugares distantes. Además, contaban con un grupo de artesanos a su servicio y recibían productos agrícolas como tributo de los campesinos.
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Los aztecas, también conocidos como mexicas, fueron el último grupo de guerreros que llegó al centro de México desde el norte. En el año 1325, fundaron Tenochtitlán, su capital, sobre una isla en el lago Texcoco. Desarrollaron un avanzado sistema de agricultura utilizando chinampas y sistemas de riego. Su sociedad estaba dividida en una élite sacerdotal y una pequeña nobleza que gobernaba la ciudad, y la mayoría de la población se dedicaba a la agricultura, la pesca y el comercio. Los aztecas establecieron la Triple Alianza en 1428, formada por Texcoco, Tlacopán y Tenochtitlán, lo que les permitió expandir su imperio mediante la conquista de pueblos vecinos. El comercio desempeñó un papel fundamental en su economía, liderado por los pochtecas, comerciantes especializados que intercambiaban productos con regiones distantes. La lengua oficial del Imperio azteca fue el náhuatl.
4
En el corazón de Mesoamérica, entre el Pacífico y el mar Caribe, floreció durante más de mil años una civilización legendaria: los Mayas. Organizados en ciudades-estado independientes, con sus propias lenguas pero unidos por cultos y avances científicos, nos dejaron un legado que nos invita a un viaje fascinante a través del tiempo.
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El pueblo que habitó en este centro urbano, ubicado cerca del lago
Titicaca, infl uyó en todo el altiplano, la costa de Perú y el norte de
Chile, gracias a las colonias que tenía en diferentes pisos térmicos. Fue
un Estado extenso que cohesionó sus territorios a través de la religión,
difundiendo el culto al dios de las Varas. Una clase sacerdotal gobernó la
ciudad y dirigió la construcción de grandes canales de riego, imponentes
edifi cios, plazas y monumentos religiosos. Los campesinos vivían en
pequeñas casas, cerca de los cultivos.
Emplearon los siguientes sistemas agrícolas: las terrazas, en las laderas
de los cerros; los camellones, unas plataformas de tierra elevada rodeadas de canales junto al Titicaca; y las cochas, unas lagunas artifi ciales
utilizadas para el riego de cultivos y de pastos destinados al ganado
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Los incas fueron una civilización precolombina que se desarrolló en los Andes de América del Sur, desde el siglo XII hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Fueron uno de los imperios más grandes de América precolombina, conocido como Tahuantinsuyo, que abarcaba parte de lo que hoy son Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. Los incas fueron conocidos por su avanzada organización social, política y económica, así como por su habilidad para la ingeniería y la arquitectura. Su capital, Cuzco, era el centro político y religioso del imperio. La sociedad inca estaba organizada en torno al ayllu, una comunidad de familias extendidas unidas por lazos de parentesco. El Sapa Inca, considerado el hijo del Sol, era la máxima autoridad política, religiosa y militar del imperio. La economía inca se basaba en la agricultura, con técnicas avanzadas de cultivo en terrazas y sistemas de irrigación.
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El pueblo mapuche resistió la dominación española durante el siglo XVI, expulsándolos definitivamente de su territorio en 1602. Durante el siglo XVII, la Guerra de Arauco continuó, decayendo después de la última gran rebelión en 1656. A lo largo del siglo XIX, resistieron la presión de Chile y Argentina, pero en 1882, la integración de la Araucanía al territorio chileno trajo consigo el confinamiento de los mapuches en territorios delimitados por el Estado. Esto marcó el inicio de una sociedad campesina, enfrentada a una estructura agraria desigual. Durante el siglo XX, la migración campo-ciudad se intensificó, y hoy más de la mitad de los mapuches chilenos viven en las ciudades. Los primeros estudios científicos sobre esta etnia se realizaron a fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, proporcionando un valioso material histórico y etnográfico sobre la transición de una sociedad ganadera a una campesina, sometida y clausurada geográficamente.
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Los Taironas constituían a los grupos indígenas que poblaban la Sierra Nevada de Santa
Marta y que, probablemente, procedían de Centroamérica hace nueve siglos. Por sus condiciones
geográficas, la Sierra Nevada de Santa Marta cuenta con todos los climas propios de los pisos
térmicos y con tierras fértiles para la agricultura.
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Los Muiscas, civilización del altiplano colombiano (1000-1537 d.C.), se destacaron por su organización política y militar. Tras surgir en Bogotá, experimentaron un crecimiento que, junto a la escasez de tierras, impulsó el ascenso de los güechas, grupo militar que conquistó cacicazgos vecinos conformando un imperio.
Para administrarlo, impusieron un sistema de tributos y funcionarios (tiquisoques), además de su lengua y religión a los pueblos conquistados. Su sociedad jerarquizada, marcada por la división en castas, sucumbió ante la llegada de los españoles en el siglo XVI.
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Los Quimbayas habitaron entre el 500 a.C. y el 1600 d.C. en las regiones que hoy conocemos como Caldas, Quindío, Risaralda y norte del Valle del Cauca, Colombia. Se organizaron en cacicazgos y destacaron por su agricultura (maíz, papa, yuca), caza, pesca y apicultura.
Su principal legado es su orfebrería, considerada la mejor de América Latina. Fabricaron piezas de oro como estatuillas, botellas, cascos, adornos y más, utilizando técnicas como el martillado, repujado y vaciado.
En cerámica, elaboraron vasijas, utensilios y figuras humanas y animales, decoradas con pigmentos. Estas piezas tenían fines utilitarios y ceremoniales.
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Los achaguas habitan la Orinoquia colombiana, anteriormente fueron el grupo más popular de los llanos colombo – venezolanos. Sin embargo, debido a distintos desplazamientos forzados y a la disminución violenta de su población, actualmente habitan en el resguardo el Turpial y la Victoria, vía Puerto López en el departamento del Meta, donde conviven con los piapoco. El resguardo está organizado bajo la autoridad tradicional de cabildo-gobernador.
La población achagua se estima en 737 personas.
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Tradicionalmente horticultores y pescadores, los sáliba son hoy también pequeños ganaderos. Habitan las costas del río Meta, aguas abajo de Orocué y son aproximadamente unas 1.500 personas. Evangelizados desde el siglo XVII, los sáliba han vivido un largo proceso de dominación cultural. De acuerdo a la opinión de los llaneros, los sáliba son los más "civilizados" de los indígenas de los Llanos. Este título se lo deben a su carácter pacífico, a su bilingüismo y a su receptividad hacia las costumbres del blanco.
Esta comunidad, compuesta aproximadamente por 1.500 a 2.000 miembros, afirma haber venido de Venezuela por el curso del río Orinoco, y ya en el S. XVII se encontraban a lo largo del río Meta. En la actualidad, los sálibas se ubican a ambos lados del río Meta en los límites entre los departamentos del Meta, Vichada y Casanare, en 9 asentamientos (municipios de Orocué, Hato Corozal y Puerto Gaitán – Meta; y Santa Rosalía – Vichada).