"
Cuando
te
sales
de
la
mara
,
hay
tres
opciones
:
que
te
maten
ex
compañeros
,
que
te
maten
los
rivales
o
que
te
mate
alguien
a
quien
un
día
hiciste
daño
"
,
explica
.
Ha
viajado
a
Madrid
para
participar
en
unas
jornadas
sobre
pandillas
juveniles
en
América
Latina
que
se
celebran
en
la
Casa
de
América
.
"
Cuando
eres
joven
,
siempre
quieres
hacer
lo
que
está
prohibido
,
llevar
la
contraria
.
.
La
vida
es
simplemente
y
nadie
puede
decirte
qué
hacer
con
ella
"
.
Así
explica
Alexander
por
qué
entró
en
la
mara
.
"
Al
principio
eran
como
familia
,
me
lo
daban
todo
,
pero
después
tenía
que
hacer
cosas
porque
sí
"
.
¿
Qué
tipo
de
cosas
?
"
Rifa
,
viola
,
mata
y
controla
es
el
lema
"
,
contesta
.
"
Antes
de
que
acabara
la
guerra
,
en
1992
,
yo
estaba
en
una
mara
,
pero
lo
más
que
hacíamos
era
robar
,
luego
llegó
gente
de
Estados
Unidos
con
nuevas
ideas
,
nuevas
maneras
de
vestir
.
.
.
y
todo
cambió
.
La
fue
una
vida
sin
salida
:
no
tenía
a
padre
desde
pequeñito
así
que
nadie
me
ponía
límites
.
"
,
dice
.
"
En
1992
,
Estados
Unidos
decidió
empezar
a
deportar
a
los
salvadoreños
que
tenía
en
cárceles
,
y
entonces
empezó
a
agravarse
el
problema
"
,
precisa
José
Luis
Tobar
,
subdirector
de
la
policía
de
El
Salvador
.
Hace
tres
años
,
el
Gobierno
decidió
instaurar
una
política
de
"
mano
dura
"
,
que
llevó
"
a
detenciones
masivas
,
pero
no
efectivas
"
,
explica
Tobar
.
"
Las
maras
,
en
las
que
calculamos
que
hay
13
.
000
jóvenes
,
han
cambiado
mucho
,
ahora
tienen
estructura
de
crimen
organizado
"
,
añade
.
Según
Alexander
,
cerca
de
50
.
000
personas
forman
parte
de
alguna
de
las
dos
principales
maras
de
El
Salvador
:
la
13
,
o
Salvatrucha
,
y
la
18
.
Y
sí
que
han
cambiado
,
no
sólo
en
organización
.
"
Antes
sólo
nosotros
,
los
líderes
,
teníamos
armas
,
ahora
puedes
ver
a
un
niño
de
12
años
con
metralleta
en
la
mano
"
,
puntualiza
.
A
pesar
de
haber
estado
tantos
años
dentro
de
una
de
las
organizaciones
,
Alexander
asegura
que
no
le
quedan
amigos
de
aquella
época
:
"
En
la
mara
no
hay
amistad
,
sólo
compañeros
.
A
veces
me
cruzo
con
gente
que
estuvo
conmigo
,
pero
no
nos
saludamos
"
.
Decidió
poner
punto
final
a
su
experiencia
en
la
mara
después
de
una
"
misión
loca
"
.
"
Uno
a
veces
hace
estupideces
,
después
madura
y
se
da
cuenta
de
que
está
haciendo
daño
a
gente
que
ni
conoce
.
.
.
"
,
explica
.
Cinco
años
después
,
Alexander
tiene
propio
negocio
.
Lo
ha
logrado
gracias
al
Polígono
Don
Bosco
,
en
el
que
se
trata
de
dar
una
oportunidad
a
los
jóvenes
sin
trabajo
.
"
El
80%
de
la
gente
que
está
en
la
mara
saldría
de
ella
si
se
le
ofreciera
un
trabajo
"
,
dice
el
sacerdote
salesiano
español
Pepe
Moratalla
,
que
lleva
22
años
en
El
Salvador
y
trabaja
en
el
Polígono
.
Pide
ayuda
para
proseguir
con
proyecto
.
"
Si
los
países
del
primer
mundo
nos
financian
,
ayudarán
a
muchos
jóvenes
y
evitarán
que
,
en
un
futuro
,
las
maras
se
instalen
en
Europa
"
,
dice
convencido
de
que
es
uno
de
los
objetivos
de
las
bandas
.
La
no
es
una
vida
fácil
pero
él
lo
ha
elegido
así
.
"
A
éste
le
conozco
"
,
dice
Alexander
.
Con
paso
tranquilo
,
camina
entre
los
que
un
día
fueron
compañeros
.
Le
miran
fijamente
desde
la
pared
.
Son
las
fotografías
que
Isabel
Muñoz
sacó
en
varios
penales
de
El
Salvador
.
Para
tomar
las
imágenes
,
tuvo
que
pedir
permiso
primero
a
las
autoridades
del
país
,
y
después
a
las
propias
maras
.
"
Fue
una
experiencia
dura
,
porque
nunca
había
estado
en
una
cárcel
y
son
asesinos
,
pero
también
hay
que
entender
que
son
personas
"
explica
la
fotógrafa
.
La
exposición
Maras
.
Cultura
de
la
violencia
,
que
se
inaugura
hoy
,
muestra
imágenes
de
miembros
de
las
bandas
.
Miradas
penetrantes
y
tatuajes
inverosímiles
pueblan
las
fotos
.
Algunos
posan
con
los
nombres
de
las
personas
a
las
que
mataron
detrás
.
No
son
ni
una
ni
dos
.
Son
todos
muertos
.
"
Para
la
rehabilitación
de
los
mareros
hay
dos
problemas
"
,
explica
Miguel
Azucena
,
rehabilitador
del
Polígono
.
"
Primero
que
las
maras
no
quieren
dejarles
salir
,
ya
los
consideran
para
siempre
.
Y
después
,
que
algunos
de
ellos
tienen
toda
la
cara
tatuada
.
¿
Te
gustaría
trabajar
con
alguien
que
tiene
toda
la
cara
tatuada
?
"
,
interpela
.
Alexander
no
tiene
ningún
tatuaje
que
le
marque
,
pero
no
vive
tranquilo
.
"
Siempre
estoy
mirando
para
los
lados
,
por
si
acaso
"
,
asegura
.
La
vida
le
ha
cambiado
.
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-
salvadoreno
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e