El Verbo (o la Palabra) era Dios, y todo se hizo por ella; existía en el principio y estaba con Dios, y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
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La Iglesia expresa el misterio de la Encarnación
89. ¿Cómo expresa la Iglesia el misterio de la Encarnación?
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Y la Palabra (el Verbo) se hizo carne (hombre)
"Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad." (Jn 1, 14). La traducción en la otra versión: "Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1, 14). "Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está en cinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Cuajada y miel comerá hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno." (Is 7, 14-15). ”Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.” (Is 9, 5-6).
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La Anunciación del Ángel Gabriel a la Virgen María
”Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.” (Lc 1, 26-35).
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El nacimiento de Jesús.
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace». (Lc 2, 1-14).
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La adoración de los reyes magos
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Algunas profecías con relación a Jesucristo:
”En sus días florecerá la justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna; dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra. Ante él se doblará la Bestia, sus enemigos morderán el polvo; los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo. Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos; todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones. Porque él librará al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; se apiadará del débil y del pobre, el alma de los pobres salvará.” (Salmo 71 o 72, 7-13). ”¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece. Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada. Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh.” (Is 60, 1-6) ”Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. Por eso él los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. El se alzará y pastoreará con el poder de Yahveh, con la majestad del nombre de Yahveh su Dios. Se asentarán bien, porque entonces se hará él grande hasta los confines de la tierra.” (Mi 5, 1-3).
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Jesucristo, el Verbo, es Dios:
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La sabiduría está siempre con Dios:
”Toda sabiduría viene del Señor, y con él está por siempre. La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad, ¿quién los puede contar? La altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo, ¿quién los alcanzará? Antes de todo estaba creada la Sabiduría, la inteligente prudencia desde la eternidad. La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, sus recursos, ¿quién los conoció? Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está sentado. El Señor mismo la creó, la vio y la contó y la derramó sobre todas sus obras, en toda carne conforme a su largueza, y se la dispensó a los que le aman.” (Si o Eclo 1, 1-10). ”La sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo, se gloría. En la asamblea del Altísimo abre su boca, delante de su poder se gloría. «Yo salí de la boca del Altísimo, y cubrí como niebla la tierra. Yo levanté mi tienda en las alturas, y mi trono era una columna de nube. Sola recorrí la redondez del cielo, y por la hondura de los abismos paseé. Las ondas del mar, la tierra entera, todo pueblo y nación era mi dominio. Entre todas estas cosas buscaba reposo, una heredad en que instalarme. Entonces me dio orden el creador del universo, el que me creó dio reposo a mi tienda, y me dijo: "Pon tu tienda en Jacob, entra en la heredad de Israel." Antes de los siglos, desde el principio, me creó, y por los siglos subsistiré. En la tienda Santa, en su presencia, he ejercido el ministerio, así en Sión me he afirmado, en la ciudad amada me ha hecho él reposar, y en Jerusalén se halla mi poder. He arraigado en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. Como cedro me he elevado en el Líbano, como ciprés en el monte del Hermón … Como la vid he hecho germinar la gracia, y mis flores son frutos de gloria y riqueza. Venid a mí los que me deseáis, y hartaos de mis productos. Los que me comen quedan aún con hambre de mí, los que me beben sienten todavía sed.»” (Si o Eclo 24, 1-13.17-19.21)
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Concilio de Calcedonia sobre las dos naturalezas.
88. ¿Qué enseña a este propósito el Concilio de Calcedonia (año 451)?
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