[1:10] ¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual yo vuelo?
¿Qué me resta bajo el cielo
si mi todo me lo quitas?
Días sin cuento
de contento
el Señor a ti te envía;
mas mi vida es solo un día,
no me lo hagas de tormento.
¿Te divierte
dar la muerte
a una pobre mariposa?
¡Ay!, quizás sobre una rosa
me hallarás muy pronto inerte.
Oyó el niño
con cariño
esta queja de amargura,
y una gota de miel pura
le ofreció con dulce guiño.
Ella, ansiosa,
va y se posa
en su palma sonrosada,
y allí mismo, ya saciada,
y de gozo temblorosa,
expiró la mariposa.