Amar es perdonar, pero no olvidar
Está claro que por más que queramos olvidar un agravio, no va a pasar. No se trata de ir a hipnosis para que nos borren los recuerdos y ya está. Eso no sería perdonar sino olvidar, lo cual es bien diferente.
Cuando tú perdonas, eres libre de decidir si retomarás nuevamente una relación con quien te ofendió.
Al no olvidar, puedes optar por protegerte. Pese a que no guardes ningún rencor, tienes derecho a tomar medidas que eviten en lo posible un nuevo ataque en tu contra.