Como aquel lejano amigo imaginario que inventamos para acompañar nuestra infancia, el libro siempre está ahí, ofreciendo puertas a otras realidades, ayudándonos a salir de la rutina y tomar nuevos senderos. A través de su vida cotidiana, anhelos y relaciones personales, la calle del Resbalón, en Manso de la Sierra, se convierte en un escenario hipnótico de todo tipo de aventuras y en un punto de paso de los más variopintos personajes.
Como señala uno de los capítulos, «Victoria quería una vida llena de aventuras, una vida loca, una vida más grande que ella».'Micronovela'