Dios, que es amor y creó al hombre
por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado
en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, «de manera
que ya no son dos, sino una sola carne» (Mt 19, 6). Al bendecirlos, Dios les
dijo: «Creced y multiplicaos» (Gn 1, 28). (CCIC 337).
Según el designio original divino, la
unión matrimonial es indisoluble: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre» (Mc 10, 9). (CCIC 338).
Sed sumisos los unos a los otros en
el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor. Maridos, amad a
vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella
para santificarla. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá
a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo
respecto a Cristo y la Iglesia. (Ef 5,21-22.25.31-32).
¡No os engañéis! Ni los impuros, ni
los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces
heredarán el Reino de Dios. […] Mas el que se une al Señor, se hace un solo
espíritu con él. ¡Huid de la fornicación! ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es
santuario del Espíritu Santo? (1 Cor 6, 9-10.16.18).
El sacramento del Matrimonio crea
entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo. Dios mismo ratifica el
consentimiento de los esposos. Por tanto, el Matrimonio rato y consumado
entre bautizados no podrá ser nunca disuelto. Por otra parte, este
sacramento confiere a los esposos la gracia necesaria para alcanzar la
santidad en la vida conyugal y acoger y educar responsablemente a los
hijos. (CCIC 346).
Los pecados gravemente contrarios al
sacramento del Matrimonio son los siguientes: el adulterio, la poligamia,
en cuanto contradice la exclusividad del amor conyugal; el
rechazo de la fecundidad, que priva el don de los
hijos; y el divorcio, que contradice la indisolubilidad. (cf. CCIC 347).
La Iglesia admite la
separación física de los esposos cuando la cohabitación entre ellos se ha
hecho, por diversas razones, prácticamente imposible, aunque procura su
reconciliación. (CCIC 348A).