Icon New game New game

UNIDAD 1.1 A DIVERTIRSE EN SERIO

Quiz

(1)
GUÍA 1 LAS PALABRAS PUEDEN DECIR LO CONTRARIO

Texto “Domingo siete”

Leo, analizo y contesto.


Había una vez dos compadres: el uno tenía casa, tierras, animales y todo lo que los hombres creen que necesitan para ser felices, pero vivía casi siempre de mal genio porque tenía coto. Se llamaba Remulo. Agustín, el otro, era pobre y nada tenía, pero le gustaba cantar y era el primero en burlarse de su cuello, también abultado.
Un domingo en el mercado, Agustín se quedó mirando unos marranos en el mercado y pensando cuándo sería que los podría comprar. Sin saber a qué horas, se le hizo tarde. Oscureció, así que decidió no emprender el camino de regreso a su casa, pues era lejos, sino quedarse a dormir debajo de un inmenso árbol, bien cobijado con su ruana. Toda la noche soñó con los marranos que no había podido comprar, y cuando ya estaba aclarando lo despertó una algarabía de pájaros. Se puso a oír con atención y escuchó que cantaban: lunes y martes y miércoles tres, lunes y martes y miércoles tres.
Como a Agustín le encantaba cantar, contesto inmediatamente: jueves y viernes y sábado seis, jueves y viernes y sábado seis.
Los pájaros bajaron a revolotear sobre él, encantados con la copla que había continuado Agustín, y como en el cuento de hadas, le dijeron que podía pedirles un deseo.
¡Qué me quiten el coto- exclamo! Y en efecto, al tocarse el cuello, el bulto ya no estaba. Los pájaros, además, le echaron morrocotas de oro.
Cuando Régulo vio a su compadre sin coto, se puso verde de la envidia y su rabia creció más cuando al otro domingo, vio a Agustín comprando seis hermosos marranos y dos vacas lecheras.
Agustín- le dijo – tú estás en tratos con el diablo. Agustín soltó la risa y le contó la historia. Antes de que terminara la historia. Remulo salió corriendo hacia el árbol y se puso a zarandear lasa ramas hasta cuando los pájaros cantaron.
Lenes y martes y miércoles tres
Lunes y martes y miércoles tres.
Jueves y viernes y sábado seis.
-¡Y domingo siete!- concluyó Rémulo, convencido de que le había tocado el turno de la buena suerte. Pero los pájaros no le encontraron ni rima ni gracia a su verso. En lugar de quitarle el coto, le añadieron el de su amigo y el cuello le quedó como una chirimoya. Ahora vive más furioso que nunca y en el pueble lo llaman “Domingo siete”

Download the paper version to play

Recommended age: 11 years old
40 times made

Created by

Colombia

Top 10 results

  1. 1
    00:14
    time
    100
    score
  2. 2
    00:34
    time
    100
    score
  3. 3
    01:02
    time
    100
    score
  4. 4
    00:20
    time
    75
    score
  5. 5
    00:50
    time
    75
    score
  6. 6
    01:07
    time
    75
    score
  7. 7
    05:12
    time
    75
    score
  8. 8
    13:21
    time
    75
    score
  9. 9
    01:17
    time
    50
    score
  10. 10
    01:27
    time
    50
    score
Do you want to stay in the Top 10 of this game? to identify yourself.
Make your own free game from our game creator
Compete against your friends to see who gets the best score in this game

Top Games

  1. time
    score
  1. time
    score
time
score
time
score
 
game-icon

UNIDAD 1.1 A DIVERTIRSE EN SERIOOnline version

GUÍA 1 LAS PALABRAS PUEDEN DECIR LO CONTRARIO Texto “Domingo siete” Leo, analizo y contesto. Había una vez dos compadres: el uno tenía casa, tierras, animales y todo lo que los hombres creen que necesitan para ser felices, pero vivía casi siempre de mal genio porque tenía coto. Se llamaba Remulo. Agustín, el otro, era pobre y nada tenía, pero le gustaba cantar y era el primero en burlarse de su cuello, también abultado. Un domingo en el mercado, Agustín se quedó mirando unos marranos en el mercado y pensando cuándo sería que los podría comprar. Sin saber a qué horas, se le hizo tarde. Oscureció, así que decidió no emprender el camino de regreso a su casa, pues era lejos, sino quedarse a dormir debajo de un inmenso árbol, bien cobijado con su ruana. Toda la noche soñó con los marranos que no había podido comprar, y cuando ya estaba aclarando lo despertó una algarabía de pájaros. Se puso a oír con atención y escuchó que cantaban: lunes y martes y miércoles tres, lunes y martes y miércoles tres. Como a Agustín le encantaba cantar, contesto inmediatamente: jueves y viernes y sábado seis, jueves y viernes y sábado seis. Los pájaros bajaron a revolotear sobre él, encantados con la copla que había continuado Agustín, y como en el cuento de hadas, le dijeron que podía pedirles un deseo. ¡Qué me quiten el coto- exclamo! Y en efecto, al tocarse el cuello, el bulto ya no estaba. Los pájaros, además, le echaron morrocotas de oro. Cuando Régulo vio a su compadre sin coto, se puso verde de la envidia y su rabia creció más cuando al otro domingo, vio a Agustín comprando seis hermosos marranos y dos vacas lecheras. Agustín- le dijo – tú estás en tratos con el diablo. Agustín soltó la risa y le contó la historia. Antes de que terminara la historia. Remulo salió corriendo hacia el árbol y se puso a zarandear lasa ramas hasta cuando los pájaros cantaron. Lenes y martes y miércoles tres Lunes y martes y miércoles tres. Jueves y viernes y sábado seis. -¡Y domingo siete!- concluyó Rémulo, convencido de que le había tocado el turno de la buena suerte. Pero los pájaros no le encontraron ni rima ni gracia a su verso. En lugar de quitarle el coto, le añadieron el de su amigo y el cuello le quedó como una chirimoya. Ahora vive más furioso que nunca y en el pueble lo llaman “Domingo siete”

by Herminia Balanta Amanda Hernández
1

¿Qué texto compusieron los pájaros y Agustín?

2

¿Por qué vive furioso ahora Rémulo?

3

¿A qué género literario pertenece el texto?

4

¿Qué es el texto? " Domingo siete"

educaplay suscripción